
Es cierto que hablar de todas estas cosas que afectan al cerebro nos lleva a un espacio sin fin, vamos de un sitio a otro de manera irrefrenable, un eslabón nos lleva a otro, otro a otro en una cadena interminable. En la conversación de ayer con mi amigo, el doctor Javier Raudó, hablamos de muchas cosas, pero tocamos durante un rato el asunto ─importantísimo─ de las hormonas y de los neurotransmisores; en concreto hablamos del “cortisol” (hidrocortisona).
Sin ánimo de profundizar demasiado se puede decir que el “cortisol” es una hormona vital que desempeña un papel crucial en la respuesta al estrés y en la regulación del metabolismo. Aunque hay que añadir que es esencial para el funcionamiento del cuerpo, es de gran importancia mantener un equilibrio adecuado de "cortisol" en el organismo para prevenir efectos negativos en la salud. Javier me decía que es muy importante el entendimiento de esta hormona para generar hábitos saludables que contribuyan a nuestro bienestar general.
El
“cortisol”, es conocido comúnmente como la "hormona del
estrés", y sabemos que se trata de una sustancia destacada en el
funcionamiento del cuerpo humano. El “cortisol” se fabrica en las
glándulas suprarrenales y desempeña un papel relevante en la
regulación de diversos procesos fisiológicos y, sobre todo, en la
respuesta del organismo ante situaciones de estrés. También, otra
de las funciones principales del “cortisol” es la regulación del
metabolismo, ya que promueve la liberación de glucosa en el torrente
sanguíneo, proporcionando energía adicional al cuerpo. Además,
actúa como un potente antiinflamatorio, ayudando a controlar la
respuesta inflamatoria del sistema inmunitario.
El cuerpo
libera “cortisol” como parte de la respuesta de "lucha o
huida", preparando al organismo para afrontar cualquier
situación de estrés en la que nos encontremos. Pero ¡cuidado”,
si tenemos niveles crónicamente elevados de “cortisol” esta
hormona puede tener efectos negativos en la salud, como aumento del
riesgo de enfermedades cardiovasculares, supresión del sistema
inmunitario y trastornos del sueño. Además, el “cortisol” puede
influir en el estado de ánimo y la cognición. Niveles elevados de
cortisol durante periodos prolongados se han asociado con ansiedad,
depresión y dificultades en la toma de decisiones.
El Dr.
Raudó recalcaba en la conversación lo importante que es mantener
un equilibrio saludable en los niveles de “cortisol” para así
garantizar su función adecuada sin efectos adversos. Insistía en
necesidad de la práctica regular de técnicas de manejo del estrés,
como la meditación, el ejercicio físico y la dedicación de tiempo
para la relajación, ya todo ello puede contribuir a mantener el “cortisol” a niveles saludables.
Y terminó diciéndome:
─¿Sabes que la terapia musical puede reducir los niveles de "cortisol" en algunas situaciones?
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